Fuente: Cámara Inmobiliaria Metropolitana
Emilia Alvarez
POR EL HECHO DE GANAR UN DINERO NO SE PEUDEN PERDER LAS PERSPECTIVAS HUAMANAS
Emilia Alvarez es la asesora inmobiliaria más exitosa de Century 21 en número de inmuebles transados a nivel nacional. Por segundo año consecutivo ostenta esa marca, al igual que la Oficina donde se desempeña: Century 21 Propiedades La Candelaria que mantiene su liderazgo en volumen de operaciones en Caracas y en todo el país.
Señala que el mercado inmobiliario en la parroquia La Candelaria estaba muy descuidado y en el año 2000, cuando Century 21 inicia actividades en el país, Jorge y Pablo González fueron muy visionarios en establecer la Oficina porque visualizaron las perspectivas del mercado en volumen de operaciones.
-Es un mercado algo difícil de manejar porque la mayoría de las personas son extranjeras y las ventas que por lo general hacen son directas. Un apartamento en La Candelaria cuesta entre 200 y 220 millones, es decir 2.6 y 2.8 millones el metro cuadrado, y a pesar que los precios han subido muchísimo, es uno de los mercados más accesibles, especialmente para las parejas jóvenes y las familias que adquieren su primera residencia.
A Emilia Alvarez poco le agrada el apelativo de vendedora estrella. Sostiene que en su caso el éxito ha llegado de la mano con la perseverancia, el continuo aprendizaje, y de “ponerme en los zapatos de los clientes y lograr con ellos una relación de amistad”.
-Creo que lo más importante cuando se realiza una transacción es no tratar a la persona como a un cliente, o como un negocio, sino identificarse con las necesidades de la persona. Allí radica el éxito del asesor inmobiliario.
¿Cuál ha sido su mayor desafío?
-Mi experiencia más retadora fue la primera que tuve cuando me inicié en la asesoría inmobiliaria, al tratar de captar un apartamento en el edificio Casa Bera, en la avenida Urdaneta. Estuve tres meses detrás del cliente que tenía un apartamento para vender, y que esperaba un dinero de Europa para realizar otra transacción. Acepté las burlas de mis compañeros que me advertían que estaba perdiendo mi tiempo. No perdí la confianza y efectivamente el dinero llegó y me entregó el apartamento para venderlo. Lo vendí, y la persona que lo compró me entregó su apartamento de Guarenas, que también vendí, y al final fue como una cadena, y logré cerrar cinco negocios a partir del cliente inicial.
Antes de ingresar al área inmobiliaria Emilia Alvarez se desempeñó como asistente de la presidencia del Banco Confinanzas, en el área logística del consorcio. Después de la intervención del banco permaneció siete meses trabajando con la Junta Interventora.
Posteriormente trabajó por su cuenta ejerciendo su profesión de Diseñadora, realizando remodelaciones de apartamentos en distintas zonas de Caracas.
¿Cuál ha sido la clave del éxito?
-Trabajar, dar lo mejor y ser muy constante. He recibido varios premios, dos anuales y varios trimestrales, y ahora el reconocimiento de la Cámara que me comprometen a ser mejor, y exigen mayor responsabilidad. Ser la mejor vendedora de Century 21 ha sido un logro asumido con humildad.
-Pienso que esta actividad no es un pasatiempo, sino una profesión sumamente seria porque estamos tratando con el patrimonio de la familia, con el dinero ahorrado durante toda la vida, o con el peso de una hipoteca. Por el hecho de ganar un dinero no se pueden perder las perspectivas humanas, y eso debe lo más importante para un asesor. Son personas que nos entregan sus esperanzas para acceder a una mejor calidad de vida.
-Es esencial actuar con el corazón en la mano y no sólo por el interés de un negocio, asesorando al cliente en el paso que va a dar. Yo por vender un inmueble no voy a dejar a nadie en la calle; hay que actuar con responsabilidad y con la seguridad de ofrecer un buen servicio. Vender es un reto, no importa si gano o no; no importa el tamaño de la transacción.
-Además, hay que ser auténtico, no tratar de impresionar como lo que no eres, porque eso a la larga se va a caer por su peso, y el cliente lo percibe. Hay que transmitir confianza y honestidad, y ayudar en la medida de las posibilidades a aliviar las cargas, tramitando por ejemplo algún documento que falte. En suma se debe mantener el equilibrio sin olvidar jamás los valores humanos. Un corredor que recibe una llamada de una persona interesada en adquirir un inmueble y lo primero que hace es sacar la calculadora para ver cuanto ganará, es un corredor condenado al fracaso. |