Fuente: Cámara Inmobiliaria Metropolitana
Francisco Javier Reyna
EMPRESA INMOBILIARIA DEBE CULTIVAR CULTURA HACIA EL AHORRO
Francisco Javier Reyna es el presidente de Anexinca, C.A., Organización Inmobiliaria, la empresa que fundó hace 25 años, que ha logrado mantener en el mercado con mucho esfuerzo, disciplina, y un alto espíritu de previsión frente a eventualidades.
Confiesa haber abandonado sus estudios de ingeniería en la UCAB para dedicarse al trabajo que ha sido su principal capital y la palanca de los logros obtenidos.
-Tenía sólo 20 años cuando se presentó la oportunidad de trabajar en la venta de inmuebles y me fascinó. Realicé transacciones exitosas, y desde ese momento no me he separado más de esta actividad, que tuve que aprender a pulso en la experiencia diaria de esta profesión.
Recuerda que se asoció con un primo, y abrieron una empresa familiar dedicada a la venta y alquiler de inmuebles. “Constituimos un equipo de vendedores y nos concentramos en la venta de un edificio en la ciudad de Valencia. Lo hicimos tan bien, que a partir de allí nos ofrecieron ventas en Caracas, muchas de ellas a través de los bancos. Así fuimos creciendo, y al cabo de 4 años ya vendíamos edificios con todo un equipo de trabajo. La empresa cumple ahora 25 años, y desde el comienzo hemos estado afiliados a la Cámara Inmobiliaria, donde hemos entrenado a nuestro personal. Por eso es que hemos llegado a los 25 años, ofreciendo servicios de calidad y con una excelente capacitación”.
Francisco Javier Reyna sostiene que la actividad inmobiliaria le ha dado muchas satisfacciones. La empresa ha crecido y tiene un nombre en el mercado. Se dedica al alquiler y venta de propiedades nuevas. Básicamente es una empresa de corretaje, que está preparada para enfrentar cualquier contingencia, porque está manejada con disciplina. Ahora maneja en Caracas las transacciones de vivienda secundaria con una franquicia de Century 21.
¿Cómo visualiza al mercado?
-El mercado siempre estará en evolución mientras exista el crédito y los incentivos que permitan a las familias cuotas razonables. Si a eso le sumamos que el país está económicamente mejor, con un mercado petrolero creciente, tendremos el repunte del mercado inmobiliario en general. El sector comercial ha venido creciendo, por lo tanto lo comercial ha subido de precios, y los alquileres también. Los espacios para oficinas han comenzado a escasear y los alquileres y las ventas también han incrementado sus costos. En la medida que la economía se mueve las ventas de viviendas de lujo también han mejorado. Los sectores deprimidos son la vivienda secundaria y la vivienda recreacional. Al ser una segunda vivienda y al no haber una política clara del Estado, o una garantía y respeto a esa segunda vivienda, la gente se inhibe de comprarla.
Sobre las amenazas a la propiedad privada admite que hasta ahora, por lo que percibimos, las expropiaciones han sido muy políticas y no dejan de producir zozobra entre los propietarios.
¿Reordenamiento urbano?
-Definitivamente no se puede separar a las personas de su ámbito de vida. El caso de La Guaira es paradigmático, porque después del desastre de Vargas reubicaron a las familias en Zulia, en Lara, y otras ciudades, fuera del hábitat compartido durante toda la vida, y ese plan fue un rotundo fracaso, porque esas familias regresaron a su entorno. Hay que mejorar los servicios, la calidad de sus viviendas, y además procurar el crecimiento de la ciudad con una eficiente red vial y calidad en el transporte.
¿Y su mensaje a los nuevos inmobiliarios?
-Lo más importante es que no repitan el error que cometí: que se preparen y adquieran una profesión universitaria, y dediquen sus mejores esfuerzos a trabajar y trabajar correctamente. Si no trabaja correctamente la persona no progresa. El dinero, fruto de ese esfuerzo, debe administrarlo eficientemente, porque hay personas que ganan mucho y cuando vienen las épocas malas no tienen como defenderse. Hemos visto muchas inmobiliarias que crecen y se consolidan, pero al final decaen porque no tienen una cultura hacia el ahorro. Muchos piensan que el trabajo inmobiliario es para ganar fácilmente, y no es así, exige mucha preparación, y mucho esfuerzo: hay que hacer muchas ventas pequeñas y ahorrar con las grandes. |